lunes, 8 de junio de 2009

DEIXA´M EN DEIÀ

Escribo mirando al mar de reojo y percibo el ajetreo de unas ramas de palmera que se contonean al ritmo del viento, escucho el rumor de las olas que con su vaivén esta noche han conseguido mecerme, para aproximar el sueño que ha tardado en llegar. Y respiro, presto atención, me dejo envolver por estos últimos momentos de tranquilidad que seguro que tardarán en regresar.


Fin de semana en Mallorca, regalo cubierto en papel de celofán con un gran lazo, de un color rojo sin titubear, desenvuelto el viernes durante el trayecto aéreo que me trajo a esta isla para poder durante unos días descansar. Mañanas de playa, de ser más que hacer, sin tener que hacer, de dejarme hacer, de divagar al vaivén del sonido del mar. Sin reloj, sin prisas, sin horarios, sin responsabilidad. Me he sentido como una niña que juega en la orilla, por sólo el hecho disfrutar, sin objetivos, sin presiones y con una carcajada en los labios cuando por fin puede sus pies en el agua brincar, saltitos de pura alegría, deleitándose de ese instante, sin pensar que pueda haber alguno más. Así han sido estos tres días, sin expectativas, degustando cada momento, cada sensación percibida. Me llevo mil recuerdos, mil miradas, incluidas la cala de Deià, el castell de Bellver, Valldemossa, la Catedral. Sabores como la coca de patata, la horchata de almendras o de la más típica ensaimada de cabello de ángel sin dudar. El olor intenso de los higos y del hinojo marino. Presencias compartidas, sensaciones disfrutadas, conversaciones distendidas, divertidas y animadas. Y sobre todo me llevo el susurro de las olas de Can Pastilla, repartiendo magia a puñados llenos, despertando sentimientos y envolviendo con burbujas de espuma ilusionada a aquel que se pare a escuchar.


Y cuando caiga en la rutina, cuando tenga ganas de gritar, escapar de esa gran losa que me envuelve fundida en un gran metal... hazte presente en mi memoria, en mi sueños, estos recuerdos que ahora percibo con tanta vivacidad. Para acabar este blog y despidiéndome ya, una foto de un bonito paisaje que recobraré evocada en momentos de intranquilidad, y termino como empiezo pues ahí me gustaría en mi fantasía reposar, por lo que en momentos de zozobra, desasosiego o azoramiento... déjame en Deiá o escrito en esa bella lengua mallorquina... Deixa´m en Deià.

2 comentarios:

  1. Que bonito, la verdad es que me están entrando ganas de ir por todos esos lugares que has estado, igual que me encantará leer el libro que algún día escribirás, porque en este blog se está descubriendo tu madera de escritora, de narradora, felicidades, un beso.

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  2. Viví muchos años en esa isla preciosa pero nunca la había leído tan bien contada.
    Me has hecho revivir cada lugar con aires nuevos.
    Enhorabuena
    Un beso
    jm

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