domingo, 8 de abril de 2012

Barcelona Blues

Estimado Francesc:

 Creo que con los 500 caracteres del mail de tu página web me eran insuficientes, así que he decidido escribir en mi antiguo blog en el que ya nadie sabe de su existencia, excepto yo claro.

Ya he corrido la suerte de escribir a algunos escritores de libros que he leído, el último fue Albert Espinosa por su libro "El mundo amarillo" del que no recibí respuesta, esto es como ir a pescar, tiras el anzuelo a ver si algún pez quiere mordelo. Aún así me contestó entre ellos Jorge Sinay, un periodista, que escribe acerca del amor masculino fundamentalmente, al que te recomiendo como editor de libros de autoayuda, especialmente un libro suyo: "Esta noche no, querida".

¿Cómo es que estoy escribiendo a un desconocido un sábado santo cerca de las doce de la noche? Hoy he acabado por fin de terminar mi página web, eres el primero que se la enseño la verdad, aún me queda lo del dominio, el hostings y demás peras en leche. Esta tarde tenía planeado ir a reirme un poco y atravesar esta soledad endémica que envuelve mi Semana Santa con el espectáculo de Sensormen:

 

La verdad es que me he reído un montón y ya de paso observando "las formas naturales" que se empeña mi profesor de psicodrama que vayamos familiarizándonos con ellas, así que mucho teatro, cine y arte en general, más gastos aparte de las clases claro está.

Después me he acercado a una librería-café que se llama "La buena vida" a tomarme un cafetito con una porción de tarta y a hojear algún libro, así que me he dispuesto a buscar por alrededor de la misma a ver qué libro me llamaba.

En la mesita de la izquierda estaba leyendo tu libro
Y hete aquí, el primero que he visto ha sido el tuyo, yo nací en Barcelona y siempre los libros de esa ciudad me atrae echarles un vistazo, he empezado a leerlo y no he podido dejar de hacerlo hasta acabarlo en casa, no era cuestión de estar tres horas en la cafetería enfriándose el café, ahora la tarta de queso que le acompañaba ha acabado mucho antes, ya que estaba fría previamente.

Lo primero que leí, claro está, fue la parte de atrás con el resumen y vi tu foto y me acordé del libro que me estoy leyendo que se llama "El lenguaje del cuerpo" y que describe tu forma natural posada en la misma, no sé si te acordarás con quién estabas y qué estabas haciendo en el momento que te la hicieron pero según este libro "colocando el índice en forma de montaña indica que no está de acuerdo, reflexiona y no está prohibido que vuelva hacia nosotros al final de su intercambio consigo mismo. El cierre de la boca es aquí claramente un medio de tomar distancia para volver a la discusión". Qué cosas dice el cuerpo sin ponerle ni una sola palabra.

Me ha recordado mucho a mí el personaje. A mí también me gusta el blues, el soul, el jazz, canciones tristes en muchos de ellos, como la vida misma en ocasiones. Y a pesar de mis tan solo 40 años también experimento a veces angustia al ver como el saldo de mi vida se va agotando y como Luis Rosales, leído por el protagonista, muchas veces me siento "definitivamente sola porque todo es igual y tú lo sabes" y sin embargo siguiendo con la esperanza, como en las películas, en los libros o según las versiones de otros, de encontrar a esa persona con la que compartir mi camino, pero está tardando en aparecer, ¿será acaso que quizás nos hayamos cruzado ya y que cada una miraba para otra parte?

Yo también este verano me fui a un retiro de meditación a las Alpujarras, a Jiko An, no tenía nada que ver con el que Ricardo experimentó, era más light, sin duda creía que me moría en algunas curvas, eso sí  la espalda también se me resintió de la postura de meditación. Sigo meditando no sé muy bien porqué, es algo que me ayuda quizás porque sea en ese momento algo más consciente de los 60.000 pensamientos que se nos vienen a la cabeza cada día, como escribes en tu libro. Me encanta la comida vegetariana y vegana, aunque no me decido a convertirme a ella, me resisto a aprender recetas nuevas y complementariedades necesarias para tener una dieta equilibrada. Curiosamente como la monja Marisa yo también soy enfermera, aunque estoy haciendo mis pinitos de psicóloga en mi propia casa, no hay más remedio que pluriemplearse a veces para poder pagar la hipoteca. 

A mí también se me vienen canciones a la cabeza como a Ricardo y cuando leía el libro se me venía a la cabeza una canción de Police, "Every little thing she does is magic", es una canción que traduje cuando iba a clases de inglés con 20 años y me estaba recordando al personaje, cuando se encuentra con Helena y por la noche al llegar a casa después de cenar la dice: "Métete en la cama, vas a coger frío" en lugar de "cepillársela".

Me he reído con muchos fragmentos, lo del pasaje de Rosamunde Pilcher me ha hecho mucha gracia, yo me leí todos sus libros y no me cansaba de las descripciones de los paisajes. Lo del "efecto gafas de cerveza" me ha hecho partirme de risa, parece a los encuentros de singles, a ver cuál es el menos feo y el menos calvo de todos. 

"Uno sueña en colores y la vida se encarga de montar la película en blanco y negro. Las mejores escenas siempre quedan fuera", aún así  es mejor "no permitir que el ruido de fondo me impida escuchar la música de la vida". "Los hombres sólo quieren que les hagan un poco de caso" ¿y quién no?. "Es la ventaja de soñar: como los sobres sorpresa que me compraban de pequeño, no sabes lo que hay dentro", quizás sea esta la razón por la que duermo ahora más, la cruda realidad hace que quiera acercarme más al mundo de los sueños. "Las relaciones humanas son muy complicadas".

Si he de serte franca no me ha gustado el final del libro, no me gustan los finales felices, creo que al igual que al sexo se les sobredimensiona, aunque intento desearlos, las dos cosas por supuesto, por eso me encantó La soledad del erizo o El naúfrago, como la vida misma, llena de desfortunios y desavatares. No me gustan las películas románticas, me recuerdan que sigo sola, con lo fácil que es ligar haciendo la cola del pan, o leyendo un libro en un parque o tomando un café en una cafetería, yo he repetido lo mismo cientos de veces y nunca se me ha acercado nadie mirándome a los ojos y pidiéndome que saliera con él, ¿acaso soy yo más rara que el resto de los protagonistas de tantos libros y de películas?

Me quedo con el final: "¿Por dónde queda la felicidad?, sigue esa nube"... Voy en busca de ella.

Gracias por tu libro y por dejarme compartir, si has llegado hasta aquí, mis reflexiones que han surgido a propósito de él.

Saludos,

Toñi




3 comentarios:

  1. Querida Mª Antonia,

    Ya ves que he llegado hasta el final.

    Te agradezco tu reseña (la primera que recibe este libro desde que se edito por primera vez, hace casi diez años) y me ha hecho sonreír.

    A mí sí que me gustan los finales felices, ya que son raros en la vida mundana ;-)

    Un abrazo y mucha suerte con tu consulta!

    Francesc

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  2. Yo voy a "La buena vida" muchas veces, es un libro café que me trae muchos recuerdos preciosos con alguien muy especial (además que a veces organizan conciertos muy tranquilitos).

    El libro tiene pinta de ser una auténtica maravilla, con los libros de Frances Miralles suele pasar eso, algo tienen que te llama y luego resulta ser un libro que sabes que tenías que leer.

    Tan solo hay una manera de encontrar nuestro camino, y eso pasa necesariamente por estar andando. Las cosas suceden cuando uno menos se lo espera y es por ello que hay personas o circunstancias que te cambian la vida...

    Suerte en tu búsqueda.

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