miércoles, 19 de noviembre de 2014

20 de mayo del 2014

Este título de esta entrada me recuerda al título de una canción de Celtas Cortos: “20 de abril del 90",  podría seguir como la misma preguntándote: “Hola, chato, ¿cómo estás?”. Sí, sí,  Javi, pues es a ti a quien escribo y seguiría diciéndote; “¿Te sorprende que te escriba?” y continuar: “Recuerdas aquella tarde en la caballa del “Doire”? Porque así se llamaba el sitio en el que quedamos el primer sitio donde nos conocimos: “The Doire”, lo he encontrado en Internet, y el título de la entrada, el día que nos vimos por primera vez. No recuerdo que ropa llevaba aunque sí lo que el otro día me recordaste, que llevaba una bolsa con una barra de pan y que cuando me vistes pensaste que no podría ser yo. “¿A quién se le ocurre llevar una barra de pan en un primer encuentro de una cita a ciegas?” Podrías haber pensado. Y curiosamente nuestros encuentros como bien sabes van muy ligados en torno a él, en esas cenas tan ricas que me preparas, aunque también sabes que “no sólo de pan vive el hombre” (aquí metería yo un emoticono de un guiño que quede sólo entre nosotros).

Esto de escribir no es fácil, diferentes ideas vienen por mi cabeza y tengo que aferrarme sólo a una y desechar las otras que podrían perfectamente haberse quedado también plasmadas en esta entrada. Porque cuando eliges rechazas otras alternativas. Aunque yo contigo siento lo contrario, te elijo y se me abren nuevos caminos. Senderos de seguir creciendo a tu lado, de seguir siendo yo misma con mis sombras y mis luces, con mis penas y mis alegrías, con mis ambigüedades, con mis temores y mis dudas y de sentir tu mirada que acaricia suavemente mi alma. ¿Cómo es que tardaste tanto en venir? Tanto tiempo esperándote y por fin llegaste, ¡qué bien!Y me gustaría decirte que si te quedas ya no te marches, pero si lo tienes que hacer, hazlo de puntillas, sin hacer ruido para seguir soñando en este sueño que ahora  habito, un sueño hecho realidad y que supera toda fantasía que haya podido imaginar.

Y sólo me queda agradecerte a ti y a la vida el haberte conocido de una manera quizás un poco tonta en una aplicación de móvil. Cuanta razón tiene quien dice que hay que estar abierto ante cualquier oportunidad que la vida te ofrezca y ahí estaba esa, comentada en el diván de una cliente de una sesión de psicoterapia. Lo difícil que es prepararse para lo peor, porque uno nunca está preparado para ello, al igual que esperar lo mejor, porque a veces tanta premura y tanta necesidad de ella, te hace ser como un río desbordado que inunda el campo en que se habían sembrado flores. Han hecho falta ocho años para estar más calmada y serena y poder acogerte en mis brazos de tal forma, que te puedas sentir libre a mi lado, sin agobios y espero que sin reproches.

Para acabar, dedicarte una canción como tú haces muchas de mis noches, con todo mi cariño y mi Amor:

CUIDAME de Pedro Guerra y Jorge Drexler

No hay comentarios:

Publicar un comentario